domingo, 5 de febrero de 2012

John Keats

2.1
“Oda a una urna griega”. Trata sobre el poder inmortalizador de la belleza, manifestado en las producciones artísticas que elaboraron los antiguos griegos. Hay un contraste entre las cenizas de los muertos que contienen las urnas y la estética inmortal de esas urnas. Así, el autor ensalza las figuras labradas sobre el mármol de las urnas: flautas que representan canciones inaudibles, el amado que nunca podrá besar a su amada pero que la amará para siempre pues siempre será hermosa, ramas que nunca perderán sus hojas, el sacrificio llevado a cabo por un sacerdote, varones y doncellas junto a hierbas y ramas… La belleza de estas representaciones contrasta con la vejez que consume al hombre y le hace mortal. La sentencia final del poema es clara: “la belleza es verdad y la verdad belleza”.

“Oda a un ruiseñor”. Confronta el sufrimiento humano con la inmortalidad del canto del ruiseñor. Todo ello expresado desde un estado de letargo, de sueño, que nos hace recordar al poema “Kubla Khan” de Coleridge. El autor no siente envidia del ruiseñor pero sí admite su dolor cuando observa el exceso de alegría que le infunde con su canto. Vemos aquí la relación paradójica entre el placer y el dolor. El poeta quiere huir de la angustia humana, de las canas, de la tristeza. Pretende conseguir el placer abandonando el tiempo presente para buscar la belleza, aquí representada por el canto del ruiseñor. Quiere el vino de Hipocrene para perderse en la floresta con su ruiseñor. Pero Baco no basta, al ruiseñor se va con las alas de la Poesía. Ese ruiseñor es tildado de inmortal, igual que su canción. Por tanto, aparece el contraste entre la belleza del arte y lo efímero de la condición humana. Pensar es caerse en la pena. Keats se sitúa, pues, otra vez en su fiel creencia: el ruiseñor, como la urna, son voces de la eternidad que buscan «arrancamos del pensar».

2.2
"Oda a un ruiseñor" destaca por tener libertad métrica y el "yo poético", muy característico de los poemas románticos. También aparecen tópicos como sentimientos muy intensos y una cierta melancolía, aparecen otros tipos de temas como la liberación del alma y la evasión de la realidad y se puede notar una frustración del poeta la no alcanzar su objetivo.

"Oda a una urna griega" también aparece el verso libre pero el autor no utiliza un "yo poético" ya que en el poema se dirige a un objeto, en este caso una urna. Destaca por tener una gran diferencia a la mitología antigua ya que la urna está decorada con mitos y también aparece una referencia a la naturaleza, tema que al autor le parece muy interesante para sus poemas. Finalmente en los recursos expresivos hay una gran cantidad de epítetos pero lo que predomina ante todo son las metáforas.

2.3
Keats pertenece al grupo de los poetas rebeldes o satánicos. El grupo fue llamado así porque sus componentes hicieron de su vida y su obra un acto de rebeldía contra la sociedad y moral de la época. Keats se caracteriza por su llamada “capacidad negativa”, que consiste en experimentar sensaciones misteriosas, dudas e incertidumbres, sin buscar el hecho y la razón.

Entre sus composiciones destaca “Endimión”, en la que el protagonista busca a su amada Diana (diosa de la luna). Endimión se enamora de una mujer terrenal, cometiendo así una especie de infidelidad hacia la diosa, si bien acaba por descubrir que la diosa y la mujer eran la misma persona.

También escribió “Hiperión”, que retrata la derrota de los Titanes y la llegada de los dioses Olímpicos.

Sin embargo, Keats va a destacar por sus odas. En ellas sobresale el tema de la naturaleza, que se considera un medio de expresión de los sentimientos del alma y del sentido trascendente de la vida. El contraste entre la eternidad de la belleza y la fugacidad de la vida humana se convierte en el tema central de sus odas.

“Oda a Psique”. El poeta nos vuelve a presentar un ambiente pastoril en el que tiene lugar la relación entre Psique y Cupido. Keats nos hace reflexionar sobre el sufrimiento de los amantes, y su posterior unión en los cielos tras un periodo de dolor y separación en este mundo. El poeta establece, de este modo, que el sufrimiento en este mundo prepara al hombre para la eternidad.

“Oda al otoño”, en la que el otoño es visto no ya como estación de deterioro y muerte, sino como un instante de plena madurez y esplendor.

2.4
El contexto de John Keats es el mismo que el de Coleridge ya que los dos son poetas ingleses del siglo XIX y pertenecen al mismo movimiento literario.

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